viernes, 12 de febrero de 2016

LXVII

Ya la angustia descansa
en nieblas del pasado,
donde reposan las cenizas
del viejo musculo incinerado;
aquel rojo corazon
hoy incinerado,
que otrora
se creyera tan amado.;
Ya no queda recuerdo
de quien el dolor ha causado,
que las llamas del amor
solo cenizas han dejado.
Tarha.

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